La dignidad humana es el derecho que tiene cada ser humano de ser respetado y valorado como persona individual y social por el solo hecho de ser parte de la humanidad.
Además de respeto y valor, la dignidad humana abarca principios de benevolencia, justicia, igualdad, integridad y utilidad hacia uno mismo y sus semejantes.
Del latín dígnitas dignitatis, mérito, grandeza, prestigio, virtud, valía y esta de dignus -a -um, valioso, merecedor, virtuoso. Este valor inherente a toda persona humana es una aportación del cristianismo a nuestra cultura, aunque originalmente lo basó en la filiación divina. Ahora nuestra cultura laica aunque de raíces cristianas y griegas lo fundamenta es la racionalidad y en la conciencia humana: somos los únicos seres racionales, conscientes de lo que nos rodea y de nosotros mismos y por eso libres, autónomos, creadores de nuestro destino y responsables de nuestros actos. Este valor es inalienable, como todos los derechos humanos, y es recogido en todas las constituciones democráticas y declaraciones universales de derechos.
"La dignidad humana es inalienable, es decir, nadie nos la puede quitar, por eso la esclavitud siempre fue y es indigna."